Gracias a todos los que nos habéis acompañado este año.
lunes, 23 de diciembre de 2013
miércoles, 18 de diciembre de 2013
La foto de diciembre
Aquí tenéis la foto de la última oración, no salio muy bien la foto, pero bueno la próxima esperemos que salga mejor
martes, 10 de diciembre de 2013
Ejercicios de oración
VII – EJERCICIO DENTRO DE JESÚS
Ser cristiano consiste en sentir como
Jesús y vivir como Jesús. Sentir como Jesús consiste en tener la misma
disposición de Jesús y la disposición está tejida de emoción, convicción y
decisión. Tener los mismos sentimientos que Cristo Jesús consiste en vivir la
temperatura interior de Jesús, en participar de su vida profunda y para eso
necesitamos descender en el Espíritu Santo a los manantiales primitivos y
originales de Cristo Jesús, donde nacen los impulsos, las decisiones y la vida.
Esta zambullida en las armónicas
profundas de Jesús, sólo será posible en el Espíritu Santo que enseña toda la
verdad. Verdad con mayúscula, verdad objetivada, sustantivada. El mismo Cristo
Jesús.
Toma pues, una posición orante,
convenientemente relajada. Ve silenciando todo, el mundo exterior, el cuerpo,
la mente. Ponte en actitud de fe. Pide una asistencia especial al Espíritu
Santo. Imagina a Jesús en adoración, por ejemplo de noche, en la montaña, bajo
las estrellas. Luego, recoge las facultades, concéntrate. Y con infinita
reverencia en fe y paz asómate al interior de Jesús y con la sensibilidad del
Espíritu Santo trata de sorprender, detectar, presenciar algo de lo que sucede
en esos abismos.
Sumergido en esta atmósfera, quieto e
inmóvil, trata de presenciar lo que Jesús vivía, cómo se sentía Jesús cuando
decía, por ejemplo: “Santificado sea tu nombre”. Presenciar cómo sería la
admiración y veneración que Jesús sentiría por el Padre, al decir, por ejemplo:
“Padre, glorifica tu nombre”, o al rezar el Padrenuestro. Qué sentiría, cómo
sería aquella actitud de ofrenda y sumisión que Jesús experimentaría ante la
voluntad del Padre cuando decía: “no se haga lo que yo quiero sino lo que
quieras tú”. O cuando decía: “hágase tu voluntad”. Qué sentía, por ejemplo,
cuando decía: “así como tú y yo somos uno”.
Trata de revivir todo eso, de
participar en esas vivencias íntimas del Señor. Hacer tuyo, experimentar tú
mismo lo que Jesús experimentaría.
Este es el conocimiento que supera todo
conocimiento. Esta es la eminente sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús,
mi Señor, que decía San Pablo. Luego regresa mentalmente a la vida. Imagina
situaciones difíciles y enfréntalas con la disposición interior de Jesús.
Y aquí haz una inversión. Hasta ahora,
tú te has colocado en el lugar de Jesús, ahora coloca a Jesús en tu lugar. Qué
haría Jesús si estuviese en mi caso, cuál sería su reacción si le hicieran lo
que a mí me hicieron, cómo quedaría el corazón de Jesucristo si le marginaran
como a mí, si se encontrara en este conflicto. El objetivo de la oración es
vivir como Jesús, ser como Jesús.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Una pequeña luz
Este 21 de noviembre, las Siervas de Jesús de la Residencia Mª Josefa de Logroño, están de fiesta. El motivo algo muy sencillo: Sor Melissa hace su profesión perpetua. En un tiempo en el que el miedo a un compromiso de vida parece que asusta, el ver que sigue habiendo personas que son capaces de dejarlo todo y optar por un estilo de vida en cierto modo radical, es motivo de esperanza.
Nos unimos con nuestra oración, a esta comunidad y a Sor Melissa. Felicidades, y gracias por este sí.
"Estos son mi madre y mis hermanos.
El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo,
ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre"
Mat 12, 50
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Llamados al desprendimiento
Aquí os dejamos un fragmento de la última oración joven
Si queréis más, pincha aquí.
Vosotras y vosotros que nada tenéis y a nada estáis apegados.
Felices los que no os afanáis en multiplicar
sino que os empeñáis en dividir lo poco que tenéis
para compartirlo entre los pobres
y los marginados por la sociedad.
Felices los que no tenéis Visa Oro, ni diez tarjetas de crédito,
ni millones en depósito a plazo fijo sino lo imprescindible
para vivir con dignidad.
Felices los que siendo pobres no os cansáis
de luchar para que no haya pobres en la tierra.
Felices los que tenéis la caja fuerte vacía de monedas y billetes
y bien repleta de amor y esperanza para repartir.
Felices los que tenéis la cartera vacía y el alma llena
de ilusiones y utopías, para ayudar al que tiene
menos que vosotros.
Felices y dichosos vosotros que no cimentáis vuestra vida
en los dólares o en el euro como moneda única.
Felices vosotros que tenéis como moneda corriente
el dar y el compartir.
Felices seréis, porque habéis apostado por el verbo ser
y habéis colocado en última fila el verbo tener.
Si queréis más, pincha aquí.
martes, 19 de noviembre de 2013
martes, 12 de noviembre de 2013
Ejercicios de oración
VI – EJERCICIO AUDITIVO
Toma una posición adecuada y orante, envuélvete en una
atmósfera de tranquilidad. Deslígate de ruidos y voces que suenan a tu
derredor. Silencia completamente tu cuerpo, soltando músculos y nervios. Suelta
también recuerdos del pasado y preocupaciones del futuro. Quédate en un
presente simple, puro y despojado. Sólo yo conmigo mismo.
Ahora, entra lentamente en el mundo de la fe. Toma una
frase muy breve, por ejemplo: “mi Dios y mi todo”, o una sola palabra, por
ejemplo: Padre, Jesús, Señor… comienza a pronunciarla suavemente cada quince,
veinte o más segundos. Al pronunciar la frase o la palabra trata de vivirla,
hacerla tuya, asumiendo su contenido o significado. Hazlo sin violencia
interior sino con sumo sosiego y calma. El silencio que sigue luego de
pronunciar debe ser un silencio sonoro, en que siga resonando la frase como un
eco.
Comienza a percibir cómo la presencia que está encerrada
en esas palabras va inundando tu ser entero hasta que todas las energías
mentales queden impregnadas del contenido de esas palabras.
Ve distanciando la repetición de las palabras hasta que,
de ser posible, el silencio desplace y sustituya a la palabra.
Este ejercicio tiene una variante. Consiste en que la
palabra sea pronunciada en el momento de la expiración, esto es, al expulsar el
aire de los pulmones. Habrás advertido que al inspirar tu cuerpo se infla y
queda tenso; al expirar, en cambio, se relaja. En esta variante, aprovechamos
la fase naturalmente relajada del cuerpo, que es la expiración, para pronunciar
con más profundidad la frase y unirnos más vivamente al Señor y así,
lentamente, el cuerpo y el alma pueden ir entrando en una combinación conjunta
y armónica. Hasta que todo tu ser, cuerpo y alma, queden inundados de la
presencia del Señor. Puedes encontrarte con efectos sorprendentemente benéficos
tanto para el cuerpo como para el alma.
lunes, 21 de octubre de 2013
No balconeen
Aquí tenéis una foto de nuestra última oración, junto a un fragmento de la misma. Si quieres tenerla completa pincha aquí.
Yo quiero ser feliz y tener un corazón
de pobre;
quiero ser feliz desde lo pequeño, lo
humilde, lo sencillo;
quiere ser feliz sin poderes que dominen
al hombre;
quiero ser feliz y hacer presente en mi
vida tu Reino.
Yo quiero ser dichoso y tener un corazón
manso
Un corazón capaz de aguante y dulzura;
un corazón capaz de firmeza y esperanza,
un corazón capaz de poseer la tierra.
Yo
quiero ser feliz y llorar con el que llora;
llorar
con el que sufre y se siente oprimido;
sentir
el dolor y experimentar tu consuelo.
Yo
quiero ser feliz y tener hambre y sed de justicia
buscar tu voluntad y hacerla ley de mi
comportamiento;
yo quiero saciarme de tus bienes sentado
en tu mesa.
Yo quiero ser feliz y ser de corazón
misericordioso;
quiero ser compasivo y acoger al hombre
solo;
quiero un día alcanzar tu misericordia.
Yo quiero ser feliz y tener limpio el
corazón;
quiero ser sincero, transparente, hombre
verdadero;
y quiero un día ver tu rostro luminoso,
Señor.
Yo quiero ser feliz y trabajar por la
paz;
quiero ayudar a que los hombres se
perdonen como hermanos;
quiero un día ser llamado hijo de Dios.
Yo quiero ser feliz aunque sea
perseguido a causa de la justicia;
quiero ayudar al hombre a defender sus
derechos;
y quiero un día heredar el Reino de los
cielos.
Yo quiero ser feliz aunque me injurien,
aunque me persigan y me ataquen con
mentiras,
a causa de ser de los tuyos y vivir el
Evangelio.
lunes, 14 de octubre de 2013
El viernes 18 tienes una cita
Nuestra primera oración joven de este curso será este viernes a las ocho y media de la tarde en la parroquia de Santa María de Palacio. Estáis todos invitados a acompañarnos.
Llamados a ser sal y luz..."... Ser apóstoles no significa llevar una insignia en el ojal de la chaqueta;no significa hablar de la verdad, sino vivirla, encarnarse en ella, transformarse en Cristo.Ser apóstol no es llevar una antorcha en la mano, poseer la luz,sino ser la luz..." (San Alberto Hurtado)
martes, 24 de septiembre de 2013
Comenzamos de nuevo
Hola a todos, tras este periodo estival, volvemos con nuestros encuentros. Como veis ya hemos puesto el nuevo calendario, queda ir completándolo con los lugares y grupos que lo van a organizar. Si os interesa alguna fecha en especial, avisadnos, poneros en contacto con nosotros (seminalogrono@gmail.com).
Como novedad este año, queremos que las oraciones lleven un hilo conductor, y que mejor hilo que el del sermón de la montaña, donde a parte de invitarnos a ser sal y luz del mundo, Jesús nos mostró el camino de como poder hacerlo a través de las bienaventuranzas. Cada mes nos centraremos en una.
Para meditar, sobre la importancia de la oración, os dejamos con unas palabras que el Santo Padre dirigió a principios de julio a los seminaristas, novios y novicias y en fin a cuantos se encuentren en el camino del discernimiento vocacional, pero que valen para todo cristiano:
(...) En el Evangelio hemos escuchado: “Rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies” (Lc 10,2). Los obreros para la mies no son elegidos mediante campañas publicitarias o llamadas al servicio de la generosidad, sino que son “elegidos” y “mandados” por Dios. Él es quien elige, Él es quien manda, Él es quien manda, Él es quien encomienda la misión. Por eso es importante la oración. La Iglesia, nos ha repetido Benedicto XVI, no es nuestra, sino de Dios; ¡y cuántas veces nosotros, los consagrados, pensamos que es nuestra! La convertimos… en lo que se nos ocurre. Pero no es nuestra, es de Dios. El campo a cultivar es suyo. Así pues, la misión es sobre todo gracia. La misión es gracia. Y si el apóstol es fruto de la oración, encontrará en ella la luz y la fuerza de su acción. En efecto, nuestra misión pierde su fecundidad, e incluso se apaga, en el mismo momento en que se interrumpe la conexión con la fuente, con el Señor.Queridos seminaristas, queridas novicias y queridos novicios, queridos jóvenes en el camino vocacional. Uno de ustedes, uno de sus formadores, me decía el otro día: évangéliser on le fait à genoux, la evangelización se hace de rodillas. Óiganlo bien: “la evangelización se hace de rodillas”. ¡Sean siempre hombres y mujeres de oración! Sin la relación constante con Dios la misión se convierte en función. Pero, ¿en qué trabajas tú? ¿Eres sastre, cocinera, sacerdote, trabajas como sacerdote, trabajas como religiosa? No. No es un oficio, es otra cosa. El riesgo del activismo, de confiar demasiado en las estructuras, está siempre al acecho. Si miramos a Jesús, vemos que la víspera de cada decisión y acontecimiento importante, se recogía en oración intensa y prolongada. Cultivemos la dimensión contemplativa, incluso en la vorágine de los compromisos más urgentes y duros. Cuanto más les llame la misión a ir a las periferias existenciales, más unido ha de estar su corazón a Cristo, lleno de misericordia y de amor. ¡Aquí reside el secreto de la fecundidad pastoral, de la fecundidad de un discípulo del Señor! (Homilia del 7 de julio de 2013)
martes, 25 de junio de 2013
Un fragmento de la última
Sin
voces misteriosas, pero con claridad
ha
llegado hasta nuestro corazón
tu
llamada a seguirte.
Estamos
decididos a hacerlo.
Sabemos
que esto no nos amargará la vida,
porque
tu palabra es buena noticia,
tu yugo
suave y tu carga ligera.
Siguiéndote
nos sentimos más libres
y
felices, a pesar de las dificultades.
La
eucaristía y el contacto con los hermanos,
nos
anima a marchar por tus caminos.
Gracias,
Señor, por pronunciar cada uno
de
nuestros nombres, del mismo modo que
un día
llamaste así a tus apóstoles.
Tú eres
nuestra ley, nuestro modelo.
Desde la
debilidad de nuestra palabra,
prometemos,
una vez más, seguirte de cerca.
Voy con
las riendas tensas,
refrenando el vuelo,
porque
no es lo que importa,
llegar
solo ni pronto,
sino
llegar con todos y a tiempo.
La
vocación es como un itinerario
con
señales de pista,
cada
señal lleva a la señal siguiente,
sin
saber el término definitivo,
más que
un conocimiento del futuro,
más que
buscar condiciones,
es una
gran amistad.
lunes, 24 de junio de 2013
La oración de junio
Aquí tenéis la foto de la última oración curso de este curso en el seminario.
Gracias a todos los que nos han acompañado durante este año.
Os esperamos en octubre.
miércoles, 12 de junio de 2013
Ejercicios de oración
V- EJERCICIO VISUAL
Toma una estampa expresiva. Puede ser, por ejemplo, una imagen del Señor, de María o de otro motivo. Lo importante es que refleje impresiones fuertes como bondad, fortaleza, paz, etc.
Más importante todavía es que esa estampa a ti te diga
mucho. Toma una posición orante. Haz los ejercicios de silenciamiento. Coloca
la estampa en tus manos. Primeramente, durante unos minutos, mira con serenidad
la estampa, simplemente mirar. Mírala globalmente y en sus detalles, sin
analizarla, sin pensar. Después, durante un rato más prolongado, trata de
captar como intuitivamente las impresiones que esa estampa evoca para ti. Hazlo
de manera reposada, concentrada, tranquila. Qué te dice esa figura. Qué te
evoca esa estampa.
Después, transfiérete a la estampa. Esto es, con suma
tranquilidad, trasládate mentalmente a esa imagen, como que te identificaras
con esa imagen, como si tú fueras esa imagen o estuvieses en el interior de
ella. Y así, reverente y quieto, déjate como inundar e impregnar de aquellas
impresiones que la imagen evoca para ti. Hazlas tuyas. Y así, vivamente
identificado con esa figura, permanece largo rato hecho una misma cosa con la
disposición interior de Jesús que la estampa expresa.
Finalmente, en este clima interior, trasládate mentalmente
al lugar donde vives o trabajas. Imagina situaciones difíciles y supéralas con
los sentimientos de Jesús que acabas de vivir.
viernes, 24 de mayo de 2013
Una madre siempre ama
Una madre aconsejaba a su hijo John, que evitara juntarse con amigos
que no tenían buenos valores (robo, asalto, marihuana, asesinos), pero el joven
no reflexiono estos consejos y se juntó a estos “tan buenos amigos”. Uno de los
días que iban juntos en cuadrilla, John cometió un asalto, con resultado de
muerte para la victima; esto le llevo a quince años de prisión.
Tras cumplir su condena, antes de su salida de prisión, le escribió la
siguiente carta a su madre:
-¿Mama, quiero saber si me has perdonado? Mañana salgo en libertad, y
deseo volver a verte.
Si me has perdonado, pondrás en el árbol del jardín, donde yo jugaba
de pequeño, un pañuelo Blanco: esa será la señal de tu perdón.
De camino a casa, asomo su cabeza por la ventanilla del tren, para
observar si el pañuelo estaba en el lugar indicado en la carta.
miércoles, 22 de mayo de 2013
La oración de mayo
Aquí os dejamos una imagen de nuestra última oración del 17 de mayo, organizada por los jóvenes de adoración nocturna en la Parroquia de San Pío X de Logroño.
lunes, 6 de mayo de 2013
Un fragmento de nuestra última oración
Señor, te rogamos
por nuestros hermanos y hermanas
que han respondido sí a tu llamada
al sacerdocio, a la vida consagrada y a la misión.
Haz que sus existencias se renueven de día en día,´
y se hagan evangelios vivientes.
¡Señor misericordioso y santo,
sigue enviando nuevos operarios
a la mies de tu Reino!
Ayuda a los que has llamado
A seguirte en
este tiempo nuestro;
haz que, contemplando tu rostro,
respondan con alegría a la maravillosa misión
que les has confiado por el bien de tu Pueblo
y el de todos los pueblos.
Por Jesucristo, nuestro Señor. (Benedicto XVI)
Pinchando aquí puedes bajarte nuestra última oración.
viernes, 3 de mayo de 2013
Ejercicios de oración
IV - EJERCICIO DE ACOGIDA
Así como en el ejercicio propuesto anteriormente tú sales hacia Dios, en este ejercicio de acogida tú
permaneces quieto y receptivo y Dios sale y llega a ti, y tú acoges gozoso esa
salida.
Es conveniente hacer esta práctica con Jesús resucitado y
presente. Debes utilizar el verbo “sentir”, pero cuidado, sentir no en el
sentido de emocionarse, sino de percibir. Se pueden percibir tantas cosas sin
emocionarse. Deja sentir cómo la presencia resucitada y resucitadora de Jesús
entra e inunda todo tu ser, en la fe, llegando hasta los últimos rincones de tu
alma. Siente cómo esa presencia toma plena posesión de tus dominios. Siente
cómo Jesús toca y cura esta herida que te duele. Cómo Jesús saca la espina de
esa angustia que te oprime. Te alivia y libera de esos temores, de aquellos
rencores. Luego salta a la vida, a tu casa o tu trabajo; acompañado de Jesús
haz un paseo por los lugares donde vives o trabajas. Preséntate ante aquella
persona con quien tienes conflictos. Imagínate cómo la miraría Jesús, mírale tú
con los ojos de Jesús. Cómo sería la serenidad de Jesús si tuviera que
enfrentarse con aquel conflicto, afronta esta situación, qué le diría a esta
persona, cómo serviría en aquella necesidad. Imagina, en fin, toda clase de
situaciones, aún las más difíciles. Y déjale a Jesús actuar a través de ti,
mira por los ojos de Jesús, habla por su boca, que su semblante aparezca por tu
semblante. No seas tú quien viva en ti sino Jesús.
Es un ejercicio transformante. Toma una posición orante, igual
que en el ejercicio anterior, y después de pronunciar y vivir la frase, quédate
un tiempo quieto y en silencio permitiendo que la vida de la frase resuene y
llene el ámbito de tu alma.
He aquí algunas frases que te pueden servir para hacer este
ejercicio: “Jesús, entra dentro de mí”; “Jesús, toma posesión de todo mi ser”;
“Tómame con todo lo que soy, lo que pienso, lo que hago”; “Toma lo más íntimo
de mi corazón”; “Cúrame esta herida que tanto me duele”; “Sácame la espina de
esta angustia”; “Retira de mí estos temores, rencores, tentaciones”; “Jesús,
¿qué quieres de mí?”, “¿cómo mirarías a aquella persona?”, ¿Cuál sería tu
actitud en aquella dificultad?”; “¿Cómo te comportaría en aquella situación?”;
“Lo que Tú harías, quiero hacerlo yo”; “Los que me ven que te vean, Jesús”;
“Transfórmame todo en Ti”; “Sea yo una viva transparencia de tu persona”.
También este ejercicio debe durar unos cuarenta y cinco o
cincuenta minutos.
miércoles, 24 de abril de 2013
jueves, 18 de abril de 2013
Oración joven en Calahorra
El 22 de marzo en Calahorra se celebró la primera Oración Joven. Es el comienzo de tener este encuentro en otros sitios a parte de Logroño. Esperemos que cuaje, y que poco a poco vaya contagiando a otros lugares. Aquí os dejamos alguna foto.
martes, 9 de abril de 2013
Ejercicios de oración
III - ORACIÓN DE SALIDA Y QUIETUD
En este ejercicio hay una
salida. Sale el alma de sí misma apoyada en una frase, hacia un Tú. Esto es, al
asumir y vivenciar el significado o contenido de una frase, la frase toma la
atención, la transporta y deposita en un Tú. Hay, pues, un movimiento o salida.
Y así todo “yo” queda en todo “tú”, queda fijo e inmóvil. Hay, pues, también
una quietud. Es una adoración estática.
No debe haber movimiento
mental. Esto es, no debes preocuparte de entender lo que la frase dice;
entender es siempre movimiento, hay un ir y venir. Por ejemplo, si digo “tú
eres inmensidad infinita”, al pretender entender la frase, la mente comienza a
analizar qué significa “inmenso” en su relación con el espacio y que como Dios
es espíritu transciende el espacio, etc. etc. Eso es entender, a lo sumo
meditar. Nosotros ahora, estamos en adoración. Por eso no debe haber ninguna
actividad analítica. Al contrario, la mente, impulsada por una frase, se lanza
hacia un “tú” y queda prendida, fijada en el “tú” quieta y adherida
admirativamente contemplativamente, posesivamente, amorosamente. Es
contemplación, no meditación.
Un objeto o una verdad, según
desde donde se le mire, aparece diferente, pero es el mismo objeto, la misma
verdad. Dios, como infinito que es, tiene innumerables facetas o perspectivas;
es descanso, es fortaleza, es eternidad, es inmensidad, es paternidad… No debes
preocuparte de entender cómo y por qué es eterno o inmenso, sino de mirarlo y
admirarlo estáticamente, ahora como eterno, luego como inmenso, etc. Toma una
posición orante. Ve desligándote de ruidos y presencias, ve silenciando todo el
futuro y el pasado, deslígate de preocupaciones, proyectos, fuera de ti no hay
nada. Fuera de este momento no hay nada. Sólo quedas tú mismo, presente a ti mismo. Haz presente en la fe a
Aquel en quien existimos, nos movemos y somos. A Aquel que penetra y sostiene
todo. Comienza a pronunciar las frases en voz suave, trata de vivir lo que la
frase dice hasta que tu alma quede impregnada con la sustancia de la frase.
Después de pronunciar la
frase quédate, durante unos quince segundos o más en silencio, mutuo, estático,
como quien escucha una resonancia. Estando tu atención inmóvil, compenetrada
posesivamente, identificada adhesivamente con la sustancia de la frase que es
Dios mismo.
Una misma frase puedes
repetirla muchas veces o todo el tiempo. En este ejercicio tienes que dejarte
arrebatar por el “tú”. El “yo” prácticamente desaparece mientras el “tú”
permanece sostenidamente presente.
Voy a decirte algunas
expresiones que puedes tú mismo utilizar: “tú eres mi Dios”; “desde siempre y
para siempre tú eres Dios”; “tú eres eternidad inmutable”; “tú eres inmensidad
infinita”; “tú eres sin principio ni fin”; “estás tan lejos y tan cerca”; “tú
eres mi todo”; “¡oh profundidad de la esencia y presencia de mi Dios!”; “tú
eres mi descanso total”; “sólo en ti siento paz”; “tú eres mi fortaleza”; “tú
eres mi seguridad”; “tú eres mi paciencia”; “tú eres mi alegría”; “tú eres mi
vida eterna, grande y admirable Señor”. Y así otras expresiones.
El ejercicio puede durar
cuarenta y cinco, cincuenta o sesenta
minutos.
miércoles, 27 de marzo de 2013
martes, 26 de marzo de 2013
Una oración para el camino
El pasado sábado, 23 de marzo, comenzamos una nueva iniciativa desde la Pastoral Vocacional de la Diócesis. "Vente y camina". Una mañana para andar por el monte y la posibilidad de encontrarnos con Él.
Aquí os dejamos una oración que utilizamos en este día, que resume muy bien, cual es nuestro deseo con esta actividad:
Tú que, sin mirar atrás, querrías seguir a Cristo, ¿te atreverás a confiar una y otra vez en el Evangelio?
¿Retomarás impulso conducido por Aquél que, sin imponerse nunca, humildemente te acompaña? Él, el Resucitado, está en ti y te precede en el camino.
¿Dejarás que deposite en lo más profundo de tu ser el frescor de una fuente, o bien, aturdido y confuso, dirás no ser digno de ser amado por Él?
Lo que fascina de Dios es su humilde presencia. Él nunca castiga, nunca hiera la dignidad humana. No tira de la soga para ser obedecido. Cualquier gesto autoritario desfiguraría su rostro. La impresión de que Dios viene a castigar es uno de los mayores obstáculos para la fe.
Cristo, “sencillo y humilde de corazón”, no fuerza nunca la mano de nadie.Si se impusiera, ¿quién se atrevería a invitarte a seguirle?
En el silencio de tu corazón, Él susurra: “no temas, yo estoy aquí”
Conocido o no, Cristo, el Resucitado, permanece junto a cada ser humano, aún sin que este lo sepa, como un clandestino.
Llega en el corazón del hombre, luz en la oscuridad, te ama como a su único, por ti ha dado su vida, ahí su secreto.
Hermano Roger de Taizé (Amor de todo amor. Las fuentes de Taizé)
viernes, 15 de marzo de 2013
Acompañados en el camino
Aquí tenéis una pequeña oración de nuestro último encuentro, si queréis más, os la podéis descargar entera pinchando aquí
Mantener
siempre atentos los oídos al grito del dolor de los demás
y
escuchar su llamada de socorro es Solidaridad.
Sentir
como algo propio el sufrimiento del hermano de aquí y de allá,
hacer
propia la angustia de los pobres es Solidaridad.
Convertirse
uno mismo en un mensajero del abrazo sincero y fraternal que unos pueblos
envían a otros pueblos es Solidaridad.
Dejarse
transportar por un mensaje cargado de esperanza, amor y paz, hasta apretar la
mano del hermano es Solidaridad.
martes, 12 de marzo de 2013
De oración en San Ezequiel Moreno
Como preparación a la cuaresma, en esta ocasión, la oración fue un vía crucis de doce estaciones, preparada por los chicos y chicas de catequesis de esta parroquia de Logroño.
martes, 5 de marzo de 2013
Oración del Buen Samaritano
Jesús, buen Samaritano,
que viviste aliviando el sufrimiento de quienes encontrabas en el camino,
como expresión de la misericordia del Padre.
Nuestro mundo arde en deseos de eternidad,
pero el camino de la vida es largo y tortuoso:
hay violencia, desgracia y desesperanza.
Nuestro mundo sufre.
Ayúdanos a bajar a lo profundo del corazón,
donde habitan las carencias y se descubren las necesidades,
donde se escucha el grito del dolor,
la voz de quien sufre y necesita.
Danos entrañas de misericordia,
para que no demos rodeos ante los que sufren
y sepamos caminar con los ojos abiertos
para ayudar a quienes nos necesitan.
Haznos, Señor,buenos samaritanos
para que el mundo descubra en nuestra vida
el rostros misericordioso del Padre.
que viviste aliviando el sufrimiento de quienes encontrabas en el camino,
como expresión de la misericordia del Padre.
Nuestro mundo arde en deseos de eternidad,
pero el camino de la vida es largo y tortuoso:
hay violencia, desgracia y desesperanza.
Nuestro mundo sufre.
Ayúdanos a bajar a lo profundo del corazón,
donde habitan las carencias y se descubren las necesidades,
donde se escucha el grito del dolor,
la voz de quien sufre y necesita.
Danos entrañas de misericordia,
para que no demos rodeos ante los que sufren
y sepamos caminar con los ojos abiertos
para ayudar a quienes nos necesitan.
Haznos, Señor,buenos samaritanos
para que el mundo descubra en nuestra vida
el rostros misericordioso del Padre.
lunes, 25 de febrero de 2013
En el Hospital San Pedro
Aquí tenéis la foto de nuestra oración del mes de febrero en el hospital San Pedro, que nos organizaron los jóvenes de la Parroquia de San Pío X.
viernes, 8 de febrero de 2013
Una experiencia de retiro
El fin de semana del 26 y 27 de
enero tuvimos un retiro, los jóvenes de la Diócesis de La Rioja, con nuestro
obispo D. Juan José. Un retiro es un momento de descanso y de diálogo con Dios,
en el cual ponemos nuestra vida delante de Él para mirar en lo que vamos
creciendo cristianamente y en lo que tenemos que mejorar.
El tema principal era “la
oración”. Tratamos distintas formas de rezar y meditamos sobre la oración
principal de los cristianos, que es el Padre Nuestro. A media tarde nos
reunimos todos para celebrar el Sacramento de la Penitencia (la confesión) y
así reconciliarnos con nuestro Padre. La noche del sábado al domingo tuvimos
una adoración de la cruz y una adoración de la Eucaristía; cada uno de los dos
momentos fueron claves para poder rezar todos juntos lo que habíamos
descubierto a lo largo de todo el día. La adoración de la Cruz nos ayudó a ver
como Cristo Resucitado nos da su ayuda para poder anunciarle y nos pide que
seamos valientes. El retiro finalizó con la Eucaristía del Domingo, la cual fue
momento de dar gracias por haber estado junto a Dios en esos dos días y por
haber “puesto los motores a punto” para nuestro día a día.
La experiencia del retiro fue muy
positiva por parte de los once jóvenes, del sacerdote que nos acompañó y del
obispo que dirigió el retiro. Cada vez que nos juntamos en esta convocatoria
anual, nos damos cuenta que salimos con más ganas de volver el próximo retiro.
miércoles, 23 de enero de 2013
Maestro, te seguiré a donde quiera que vayas...
Aquí os dejamos un trozo de nuestra última oración, os invitamos a que en la soledad de vuestra casa la volváis a releer:
“Maestro, te seguiré, a donde quiera que
vayas,
a
donde quiera que vayas, te seguiré”
Y Cuando te fuiste solo al monte, a orar,
yo dije: ¡qué aburrido! es de noche,
tengo sueño
y además hay un buen programa en la
tele.
Y cuando te fuiste al Huerto a sudar sangre
yo me puse a temblar y di la vuelta:
eso sí que no, yo no valgo para
enfrentarme
al dolor, es superior a mis fuerzas.
“Maestro,
te seguiré, a donde quiera que vayas,
a
donde quiera que vayas, te seguiré”
Y cuando cargaste la cruz en tus espaldas
yo la vi pesada... y no puedo cargar
pesos,
tengo la piel fina y delicada.
Y cuando tú dijiste que era estrecho el sendero
y escarpado, yo leía que la
comodidad
y la facilidad eran valores hoy en
alza.
“Maestro, te seguiré, a donde quiera que vayas,
a donde quiera que vayas, te
seguiré”
Y cuando te clavaron las manos y los pies
alguien me susurró al oído: libres,
mejor libres,
en este tiempo no hay esclavos, eso
no se lleva.
Y cuando afirmaste que tu comida era
hacer la voluntad del Padre
yo recordé el restaurante de la
plaza
donde se come muy bien.
“Maestro,
te seguiré, a donde quiera que vayas,
a
donde quiera que vayas, te seguiré”
Y cuando me pedías: véndelo, déjalo todo,
me pareció imposible, de la noche a
la mañana,
desprenderme de tantas cosas buenas.
Y cuando decías: el que encuentre su vida
a perderá, el que pierda su vida por
mí, la encontrará,
yo respondí que no estaba para
adivinanzas o acertijos.
Te fijaste en mí de nuevo. ¿Qué pasó?
“Ven y sígueme”, insististe
nuevamente.
Y esta vez dije que Sí:
Te seguiré a donde quiera que vayas.
y empecé a seguirte, ya lo ves.
“Maestro,
te seguiré, a donde quiera que vayas,
a
donde quiera que vayas, te seguiré”
lunes, 21 de enero de 2013
viernes, 11 de enero de 2013
Ejercicios de oración
II. Lectura meditada
Decía Santa Teresa: “Estuve
catorce años que nunca pude tener meditación sino junto con lectura”, y
añadía ella que a no ser enseguida de la comunión no se atrevía a entrar en
oración si no tenía el libro en la mano y si no lo tenía sentía el miedo o la
inseguridad de quien tiene que enfrentar un ejército. El tal ejército era,
naturalmente, el enjambre de distracciones e imaginaciones.
“Una vez con el libro en la mano,
continúa ella, quedaba consolada y
tranquila, como si el libro fuera un escudo de defensa”. Sólo con abrir el
libro sus pensamientos entraban en orden, dice. A veces leía poco, otras veces
leía mucho, según los estados de ánimo.
La meditación es una actividad mental en la que se manejan conceptos e
imágenes explicando, aplicando, combinando diferentes ideas a fin de descubrir
la intención del escritor sagrado, profundizar en la vida divina para formar
una mentalidad, armar criterios de vida y juicios de valor.
No es fácil meditar. Al mismo tiempo que la mente va y viene, tiene que
ser una actividad controlada y ordenada. También aquí necesitamos un lazarillo
o unas muletas, esto es, un apoyo. Y el apoyo es la palabra escrita y el método
es la Lectura meditada. Ella consiste en que la palabra escrita sujeta la
atención y la conduce por los senderos de una reflexión ordenada. Tiene que ser
un libro cuidadosamente seleccionado que no disperse sino concentre, que ponga
y mantenga al alma en la presencia. Naturalmente el libro de los libros es la
Biblia.
También aquí el ideal sería que cada uno tenga hecho su estudio
personal, saber dónde están los grandes fragmentos, por ejemplo, sobre la fe,
la consolación, el amor, la precariedad de la vida, grandes momentos sobre
Jesucristo, etc. Estar uno mismo familiarizado y saber cuáles son aquellos
capítulos que a mí me dicen mucho.
Antes de iniciar la lectura meditada es conveniente saber exactamente
sobre qué tema quieres meditar o en qué capítulo de la Biblia. Toma una
posición adecuada y después de pedir la asistencia al Espíritu Santo, comienza
a leer despacio, muy despacio. En cuanto lees, trata de entender lo leído,
captar el significado natural de la frase en su contexto y también la intención
del autor sagrado. Si aparece alguna idea que te llama la atención, para ahí. Y
después de entenderla, da vueltas en tu mente a esa idea, mírala desde una
perspectiva y otra y después aplícala a tu vida.
Si no sucede esto, continúa leyendo despacio, entendiendo lo que lees.
Si aparece un párrafo que no lo entiendes, vuelve atrás, haz una amplia
relectura para colocarte en el contexto, y en el contexto trata de entender ese
párrafo.
Prosigue leyendo lenta y atentamente. Si al meditar en algún momento se
conmueve tu corazón y sientes ganas de aclamar, agradecer, suplicar, etc. da
rienda suelta al corazón. Si no sucede esto, prosigue leyendo lentamente,
entendiendo y rumiando lo que lees. Si un pensamiento determinado te impacta
fuertemente, cierra el libro, da muchas vueltas a esa idea, aplícala a tu vida,
saca las conclusiones, hasta que hayas agotado toda la riqueza que dicho
pensamiento encierra. Si no sucede esto prosigue con una lectura reposada,
concentrada, tranquila.
El ideal es que la lectura meditada impulse al alma a la presencia de Dios. Es normal que la meditación acabe en oración. Procura, también tú, hacerlo así. Procura, además, que esta lectura meditada desemboque en criterios concretos de vida para ser utilizados a lo largo de ese día.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)