jueves, 18 de abril de 2013

Oración joven en Calahorra

El 22 de marzo en Calahorra se celebró la primera Oración Joven. Es el comienzo de tener este encuentro en otros sitios a parte de Logroño. Esperemos que cuaje, y que poco a poco vaya contagiando a otros lugares. Aquí os dejamos alguna foto.




martes, 9 de abril de 2013

Ejercicios de oración


III - ORACIÓN DE SALIDA Y QUIETUD
En este ejercicio hay una salida. Sale el alma de sí misma apoyada en una frase, hacia un Tú. Esto es, al asumir y vivenciar el significado o contenido de una frase, la frase toma la atención, la transporta y deposita en un Tú. Hay, pues, un movimiento o salida. Y así todo “yo” queda en todo “tú”, queda fijo e inmóvil. Hay, pues, también una quietud. Es una adoración estática.
No debe haber movimiento mental. Esto es, no debes preocuparte de entender lo que la frase dice; entender es siempre movimiento, hay un ir y venir. Por ejemplo, si digo “tú eres inmensidad infinita”, al pretender entender la frase, la mente comienza a analizar qué significa “inmenso” en su relación con el espacio y que como Dios es espíritu transciende el espacio, etc. etc. Eso es entender, a lo sumo meditar. Nosotros ahora, estamos en adoración. Por eso no debe haber ninguna actividad analítica. Al contrario, la mente, impulsada por una frase, se lanza hacia un “tú” y queda prendida, fijada en el “tú” quieta y adherida admirativamente contemplativamente, posesivamente, amorosamente. Es contemplación, no meditación.
Un objeto o una verdad, según desde donde se le mire, aparece diferente, pero es el mismo objeto, la misma verdad. Dios, como infinito que es, tiene innumerables facetas o perspectivas; es descanso, es fortaleza, es eternidad, es inmensidad, es paternidad… No debes preocuparte de entender cómo y por qué es eterno o inmenso, sino de mirarlo y admirarlo estáticamente, ahora como eterno, luego como inmenso, etc. Toma una posición orante. Ve desligándote de ruidos y presencias, ve silenciando todo el futuro y el pasado, deslígate de preocupaciones, proyectos, fuera de ti no hay nada. Fuera de este momento no hay nada. Sólo quedas tú mismo,  presente a ti mismo. Haz presente en la fe a Aquel en quien existimos, nos movemos y somos. A Aquel que penetra y sostiene todo. Comienza a pronunciar las frases en voz suave, trata de vivir lo que la frase dice hasta que tu alma quede impregnada con la sustancia de la frase.
Después de pronunciar la frase quédate, durante unos quince segundos o más en silencio, mutuo, estático, como quien escucha una resonancia. Estando tu atención inmóvil, compenetrada posesivamente, identificada adhesivamente con la sustancia de la frase que es Dios mismo.
Una misma frase puedes repetirla muchas veces o todo el tiempo. En este ejercicio tienes que dejarte arrebatar por el “tú”. El “yo” prácticamente desaparece mientras el “tú” permanece sostenidamente presente.
Voy a decirte algunas expresiones que puedes tú mismo utilizar: “tú eres mi Dios”; “desde siempre y para siempre tú eres Dios”; “tú eres eternidad inmutable”; “tú eres inmensidad infinita”; “tú eres sin principio ni fin”; “estás tan lejos y tan cerca”; “tú eres mi todo”; “¡oh profundidad de la esencia y presencia de mi Dios!”; “tú eres mi descanso total”; “sólo en ti siento paz”; “tú eres mi fortaleza”; “tú eres mi seguridad”; “tú eres mi paciencia”; “tú eres mi alegría”; “tú eres mi vida eterna, grande y admirable Señor”. Y así otras expresiones.
El ejercicio puede durar cuarenta y cinco, cincuenta  o sesenta minutos.