Vosotras y vosotros que nada tenéis y a nada estáis apegados.
Felices los que no os afanáis en multiplicar
sino que os empeñáis en dividir lo poco que tenéis
para compartirlo entre los pobres
y los marginados por la sociedad.
Felices los que no tenéis Visa Oro, ni diez tarjetas de crédito,
ni millones en depósito a plazo fijo sino lo imprescindible
para vivir con dignidad.
Felices los que siendo pobres no os cansáis
de luchar para que no haya pobres en la tierra.
Felices los que tenéis la caja fuerte vacía de monedas y billetes
y bien repleta de amor y esperanza para repartir.
Felices los que tenéis la cartera vacía y el alma llena
de ilusiones y utopías, para ayudar al que tiene
menos que vosotros.
Felices y dichosos vosotros que no cimentáis vuestra vida
en los dólares o en el euro como moneda única.
Felices vosotros que tenéis como moneda corriente
el dar y el compartir.
Felices seréis, porque habéis apostado por el verbo ser
y habéis colocado en última fila el verbo tener.
Si queréis más, pincha aquí.
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